Aquí se inició la historia del Atelier. Por un capricho. La combinación de la "necesidad" de tener una remera de Nana y la imposibilidad de encontrar una en el "mercado" en ese momento. El 27 de Julio del 2006, lo inevitable surgió de ese caldo mal sazonado de anhilina. Se suponía que era Rojo Fuerte... de saber mezclar bien. El porcentaje maldito de poliester de la remera sumada a mi inhabilidad con la tinta la dejó rosa.
Luego se presentó el mayor desafio. ¿Cómo pintarla?. Terco como soy, inventé. Dejandome llevar por lo primitivo de "querer remera", hice lo que me pareció lo más rápido y justo: dibujar directamente sobre la tela y pintar después. Por suerte antes de empezar, quería tener cierta referencia de como debería quedar.
Y así fue tomando forma. Una aguja, un lapíz y pintura para telas. No había pincel. Mi abuelita los había usado y nunca más los vi... mis pinceles que alguna vez me compré no estaban ese día y la improvización tocó la puerta desesperada.
Pero dentro de todo quedó.
Y orgulloso, pasado un par de días la lucí en la Cumbre Otaku de ese año. El destino me sonrió, negado del color rojo, Nana apareció para servir a la foto y culminar un capricho epico.
Había logrado hacer una estupides, pero me llenaba de felicidad. Tenía una remera que nadie más tenía, ni podrían tener n_n. No era proporcionada, no estaba bien teñida. Pero es sola mia.
No mucho después, la oportunidad de hacer otra remera se presentó. El primer pedido, y el Atelier sin querer, luego de nacer... empezó a caminar por ahí.
Por suerte algo mejoré en cómo pintar alguna que otra remera. Tengo pinceles otra vez. La aguja aun está. Pero la primera, mi Nana, siempre será la mejor.
Aun sigo considerando estás cosas un capricho. Pero es la simple naturaleza de las cosas. Si hay una remera que pueda hacer, y nadie más la haya hecho antes... me encantará hacerla. Suena estupido, es estupido. Pero son únicas.
Primer año de un capricho.
