Soy nada

Sobre mis manos. De mis manos. Estoy adivinando sobre la marcha como hacer esto más y menos a la vez.
Creo -siento- que estoy entremedio. Dividido. A punto de quedarme ciego. A punto de perder de vista algo. Y con mucha fuerza y violencia alrededor de todo eso. No sé si explicarme o no.
Llenas mis entrañas estan de odio heredado. De paciencia infima y de placer en la provocación, cuando no por una simple cuestión egolatra, como una cuestión violenta.
Allow. Deny. Guardando lo que no se debe, usando lo que ahora no conviene. Quemando. Inculcado el discurso de que no puedo escapar, que soy. Encontrando consuelo en que soy eso peor de todos y mucho más, porque aprendí. Rápido. Ruin. Mi cabeza fría y sensible a la vez. A punto de partirse.
Y es momento de partirse. De partir. Ir. Mientras juego con las palabras la idea de tener la idea y no un plan se me hace infantil. Y predigo el futuro. Y predico el futuro. Y callo el presente.
No soy una gris criatura más. No pataleo. No sé que será esto. Tampoco soy un eterno sonriente. No diré que al final seré felíz.
En un mar de pensamientos desordenados, puedo decir ahora con seguridad que no tengo mala suerte. Pero que me pasan cosas. Aceptarlas, palearlas; no son tema en cuestionamiento. Solo enunciar que pasan. Que vivo.
Escapar, escapar de escapar. Escapar de escapar de cuidar. Escapar de escarbar. Tiempo de contar todos los minutos de la mejor manera. Tiempo de olvidar todos los minutos.
Mi vista está puesta lejos, díficil, solo. Ese es mi plan.